Leonardo Cano: “La IA iba a darnos libertad, pero cada vez somos más prisioneros”
(Fuente: La Vanguardia - Lara Gómez Ruiz)El escritor ganó el Premio Internacional de Novela Ciudad de Barbastro con esta novela en la que un hombre transfiere su mente al metaverso, en un mundo en el que las mujeres ostentan en exclusiva ese privilegio.
"La novela se centra en Pablo Alcubier, el primer hombre en transferir su mente al metaverso, en un mundo en el que las mujeres ostentan en exclusiva ese privilegio. Todo aquel que lleva a cabo esta acción, logra la tan ansiada inmortalidad, pues, pese a que su cuerpo desaparezca, quedan fijados sus recuerdos. En esta sesión, el protagonista, además de sus experiencias, hablará de las de su mujer y su hija desaparecida, pues así permanecerán con él."
-"De forma directa o indirecta, la humanidad busca constantemente la inmortalidad. Pero, si lo piensas, ser inmortal puede ser un aburrimiento eterno que acaba convirtiéndose en una especie de tortura. El propio protagonista se plantea qué gana encerrando su vida en un ordenador”.
-"La historia “está ambientada en un futuro que muchos pueden sentir como cercano, pues habla de algoritmos y de inteligencias artificiales que evolucionan de forma descontrolada. Es ciencia ficción, sí, pero ¿y si eso termina siendo realista en un tiempo?”, se pregunta el autor, que adelanta que, en el universo que conforma este thriller, la sociedad está polarizada, las personas viven aisladas y un grupo de hombres, bautizados como los postergados, se levanta con violencia contra esos privilegios que disfrutan las mujeres para hacerse con el algoritmo. Cano reconoce que, “de forma inconsciente”, se basó para crearlos en los incels, los hombres misóginos de internet que aseguran ser incapaces de mantener relaciones románticas."
-"Esto liga con otro punto clave del libro: las relaciones de pareja. “Me interesaba saber qué influencia tiene la tecnología y las inteligencias artificiales en nuestras vidas y en nuestros afectos. -
-"Planteo un futuro en el que cada vez hay menos amor. Muchos pueden decir que soy un exagerado, pero creo que, en general, no nos queremos igual que nuestros antepasados. La gente cada vez está más sola, tiene menos sexo y menos hijos. ¿Qué pasará si las nuevas herramientas nos descubren que el amor es solo una ficción de nuestro cerebro que tenemos introducida para procrear y garantizar nuestra existencia?”
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