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martes, 2 de julio de 2024

Somos como engranajes que giran hasta que se rompen

 "Somos como engranajes que giran hasta que se rompen."

Las empresas tecnológicas chinas llevan a sus trabajadores al límite.
(Fuente: Financial Times - Ryan McMorrow and Nian Liu)
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"En nuestra empresa no hay sitio para los que quieran conciliar la vida laboral y la familiar. Si prefieres disfrutar de la vida y no trabajar duro es decisión tuya. Sólo puedo decir que no serás uno de los nuestros". Explicó en una charla "motivacional" Richard Liu, fundador de JD.COM, la plataforma de comercio electrónico líder en China.

Aunque técnicamente es ilegal, muchas empresas imponen el extenuante horario laboral denominado 996, es decir, trabajar de 9 de la mañana a 9 de la noche, seis días a la semana. (Lo mismo que dijo en España un conocido representante del sector de los hosteleros, "trabajar doce horas al día es media jornada de toda la vida". Luego dicen que no encuentran camareros para este verano y que los jóvenes son unos flojos que prefieren vivir de paguitas.)
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Una antigua empleada explicó que las jornadas eran tan largas que durante sus dos años en la empresa abandonó por completo cualquier tipo de interacción social, aficiones e incluso su vida de pareja. "Después de irme, fue como volver a conectar con la sociedad".

"Normalmente los mayores de 35 años se enfrentan a la mayor amenaza de despido. Los jefes suelen considerar que a partir de esa edad son más caros y están menos dispuestos a aguantar largas jornadas laborales debido a sus responsabilidades en el hogar".

Jenny Chan, profesora de Sociología en The Hong Kong Polytechnic University, explica que las empresas tecnológicas buscan trabajadores jóvenes y solteros que tengan "flexibilidad horaria" al tiempo que "dejan marchar" a los de más edad con el consiguiente coste en problemas de salud mental y aumento del consumo de antidepresivos.

[Otro gran gurú de los derechos laborales, Elon Musk, explicaba en sus redes sociales que, "80 horas semanales de forma sostenida, con picos de más de 100, en ocasiones, es la jornada de trabajo ideal para cambiar el mundo".

La gran pregunta es, ¿cambiar el mundo para quién? ¿Para mayor gloria de sociópatas megalómanos como faraones o señores feudales a costa de hacer perder la vida de millones de personas en tareas que empeoran en lugar de mejorar las condiciones de vida del resto de la Humanidad?

Si no fuera por las luchas obreras y sindicales que comenzaron liderando los luditas desde la primera revolución industrial, que luchaban por prohibir que trabajaran en las fábricas niños desde 5 años sacados de orfanatos y de familias pobres y no contra la tecnología, ahora mismo seguiríamos en Occidente con trabajo infantil, como de hecho existe a día de hoy en gran parte del mundo.]