"Todos los países con mejor nivel en literatura y matemáticas que España limitan las pantallas."
(Fuente: EL ESPAÑOL - Paolo Fava Massin)"Si lo delegamos todo en la tecnología, ¿qué quedará de nosotros?". Esta es la pregunta que se hace David Ezpeleta licenciado en Medicina y Cirugía por University of Navarra, especialista en el Hospital Universitario quirónsalud Madrid y en el Hospital San Juan de Dios Pamplona y Tudela y vicepresidente de la Sociedad Española de Neurología.
"El cerebro del ser humano es un cerebro social. Necesita del otro para compartir información y enriquecerse, crear conexiones, preservar su reserva cognitiva y hacerlo más resistente al declinar futuro de la vejez. La lectura y la cultura activa son aliados del cerebro. Estar con gente, comentar un libro o una película recién vista... Todo esto es salud cerebral. El empleo de pantallas no entraña peligro per se, todo depende del tiempo dedicado."
"La sustitución de la lectura y escritura en papel por la pantalla modifica el desarrollo de las áreas cerebrales en los niños y les priva de capacidades. La lectura en papel, la escritura y el subrayado a mano facilitan la concentración, la comprensión, la memorización y el aprendizaje. La traslación de estas actividades al mundo digital no ha mostrado estos beneficios, más bien al contrario. Ante las pantallas es más difícil mantener la atención y sin foco en lo relevante, y el resto de las capacidades cognitivas relacionadas sufren las consecuencias."
"Los datos del último informe PISA han observado una caída generalizada en todos los países, entre ellos España. ¿Son las pantallas un factor importante para explicar esta caída? El consenso mayoritario nos dice que sí. ¿Son el único? En absoluto, hay muchos más. El principal es el nivel socioeconómico y cultural de las familias; el efecto escolar de la pandemia; los cambios frecuentes en los modelos educativos; la menor exigencia académica, etc."
"En países que fueron pioneros en la digitalización de la educación, como Suecia, Dinamarca y Países Bajos, a la vista de la caída en el rendimiento académico del alumnado, se está volviendo a los libros de texto tradicionales."
"Como normas generales: no usar los móviles durante las horas de clase, armonizar los métodos de aprendizaje digital con los tradicionales, y limitar el número de horas al día ante las pantallas. Como normas clave: volver a los preceptos clásicos de buen ejercicio, buena alimentación, buena lectura (en papel), escritura a mano, así como buena compañía y conversación física, no digital."
"Si delegamos toda la información en exocerebros como los buscadores de Internet, el pensamiento en la IA generativa y, esperemos que no, en la identidad en los mundos virtuales que insisten en vendernos los apóstoles del metaverso: ¿qué quedará de nuestro cerebro, y de nosotros?"
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