El robo sin control de la Inteligencia Artificial.
Es hora de que los legisladores protejan a creadores y periodistas para que sigan haciendo su trabajo y reciban una retribución justa por él.(Fuente: El Mundo - Antonio Guisasola)
"Imagina que el trabajo de tu vida, tu esfuerzo, la fuente de tu sustento, es robado. Peor aún: imagina que los ladrones utilizan tu trabajo para construir un negocio multimillonario que crea cosas sin descanso, a una velocidad vertiginosa, que genera productos que compiten directamente contra ti".
"Esto es exactamente lo que está ocurriendo hoy. Los desarrolladores de inteligencia artificial escrutan Internet, arrasando con todo el contenido que encuentran en línea -música, películas, libros, fotografías, artículos periodísticos, código informático- sin tener en cuenta las condiciones de servicio de las webs de origen ni su legalidad. Mientras que cualquier otra empresa del mundo debe obtener licencias para usar contenido protegido por derechos de propiedad intelectual, las compañías de IA, incluso aquellas de mayor tamaño y recursos, han decidido ignorar la ley en su carrera por dominar el mercado".
"El robo ilegítimo del contenido es solo una parte del problema. El daño se agrava cuando los desarrolladores utilizan ese contenido para entrenar sus algoritmos de IA, produciendo resultados que derivan, imitan o incluso repiten literalmente el contenido con el que fueron entrenados. Esos productos inundan el mercado con contenido generado por máquinas que compite directamente con el contenido humano en el que se basan".
"Es comprensible que creadores y periodistas de todo el mundo hayan pedido a los legisladores que pongan fin a esta injusticia. Gran parte de este esfuerzo ha sido liderado globalmente por la "Human Artistry Campaign", que hace más de un año y medio logró un consenso entre las industrias artísticas, creativas y periodísticas del mundo."
https://lnkd.in/dhteiAXc
"Pero los tribunales no están diseñados para actuar con la rapidez que exige una tecnología vertiginosa y un mercado de crecimiento descontrolado como el de la IA. Los desarrolladores lo saben y están jugando la carta del largo plazo: ganar tiempo, integrar la tecnología en todos los ámbitos y lidiar con las consecuencias años después, cuando los tribunales finalmente los responsabilicen".
"Pero ¿qué sucede mientras tanto con las industrias creativas y el periodismo, cuando su propiedad intelectual es absorbida y arrasada por la marea del ruido generado con IA? No hace falta ser economista para comprender el devastador impacto de este robo sin control: la inversión en nuevas obras artísticas se seca, el periodismo de calidad se reduce y los empleos disminuyen drásticamente".