“Los gobiernos no pueden permitirse que la gente envejezca y abandone sus trabajos. Tenemos que mantener a la gente sana y joven".
Liz Parrish MBA, la mujer que "descumple" años: de 53 a 25, fundadora de la empresa BioViva USA Inc., dedicada a crear terapias para frenar el envejecimiento.(Fuente: La Vanguardia) - https://lnkd.in/di_vGtcy
En 2015, la empresaria norteamericana Liz Parrish se hizo famosa en todo el planeta después de dar a conocer que había viajado hasta Colombia para someterse a una terapia genética que la había rejuvenecido cuatro décadas. Viajó al Cono Sur porque no estaba autorizada a hacerlo en su país. En aquel momento, tenía 44 años cronológicos reales y una edad biológica de 62, que ella aseguró haber reducido hasta los 21 tras administrarse el cóctel.
-“En torno a los 55 años, empezarás a sufrir enfermedades crónicas y la mayor parte del resto de tu vida sufrirás un mal estado de salud”.
-"Las pruebas las realizo ahora en aguas internacionales para prevenir que el gobierno de Estados Unidos tome medidas contra mí o contra los médicos de mi empresa y así sortear las regulaciones, pero vale la pena, me lo estoy pasando muy bien y no me siento limitada por mi energía o mis capacidades físicas”.
Salvador Macip, catedrático de Medicina Molecular en el Departamento de Biología Molecular y Celular de University of Leicester, está actualmente participando en el "Congreso de Longevidad" en Alicante donde Parrish hace de ponente.
https://lnkd.in/dfXQZvgw
-"El experimento de Liz Parrish es absurdo. Hoy se ha hecho una charla confirmando que los marcadores de envejecimientos no existen. Las formas que existen actualmente están obsoletas, no sabemos cuáles son porque cada órgano envejece a su ritmo”.
Macip también ha aprovechado para avisar del peligro que supone gastarse dinero en un tratamiento contra el envejecimiento: “En estos momentos no disponemos de un fármaco o una intervención que cambie la biología del envejecimiento, pero estamos dándole vueltas para dar respuesta”. El catedrático también advierte de la poca fiabilidad de los productos que podemos encontrar en los supermercados.
[Te imaginas una sociedad donde las personas estén perfectamente adaptadas a su posición social para que no haya altercados y cada uno acepte el papel que por "naturaleza" le corresponde?
Podríamos editar genéticamente a los humanos y, por ejemplo llamar Alfa a los más inteligente destinados a dirigir a los demás, Betas a los administradores, Gammas a los empleados subalternos, y Deltas y Epsilones a las clases más bajas destinadas a los trabajos más duros, sucios y peligrosos y además no harían huelgas, ni reclamarían mejoras salariales.
El tema da para escribir una novela de ciencia ficción.]
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